Si hoy le explicasen a un estudiante que
hubo un tiempo en el que los informativos en televisión no incluían ni un solo
anuncio, seguramente pongan la misma cara de incredulidad que tenían los
alumnos de Ciencias de la Información cuando les explicaban que, con la llegada
de las televisiones privadas a principios de los 90, los populares telediarios
tendrían cortes de publicidad, como el resto de programas de la cadena.
La aparición de las cadenas privadas en España cambió sustancialmente la forma de entender y hacer televisión en el país. Y los informativos, eje que vertebra de la parrilla, símbolo identitario de la televisión pública y elemento inviolable de la parrilla se fue transformando hasta convertirse hoy en un producto que se mueve entre lo informativo y lo lúdico, en ocasiones formando parte de la oferta de entretenimiento del canal.
Dentro de esos cambios se incluyen las modificaciones de escaletas y la
inclusión de cortes de publicidad, cortinillas comerciales y patrocinio de
secciones dentro de los informativos de todas las cadenas, incluidas las
públicas.
Tanto la estructura del
informativo (su escaleta) como la parrilla de programación cambia con
frecuencia buscando hacer un producto mucho más accesible para el espectador y
que sea compatible con la integración de anunciantes con los que poder hacer
caja.
Junto a los del prime time, los cortes publicitarios que afectan a los informativos suelen ser los más caros de cada emisora. Además, cualquier marca o producto no tiene las puertas abiertas para publicitarse en estos cortes ya que, aunque de una manera indirecta, están ligados a un producto, el telediario, que debe mantener su imagen de rigor y formalidad de cara al espectador.
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