Mediaset se adjudica la creación de lo que
denomina “televisión circular”, que define como la fórmula que “ha unido de manera única los contenidos a
lo largo de la variada programación en directo de Telecinco en los últimos años”.
Aunque no tiene en cuenta en su descripción que convertir el reality de turno
en el perejil de todas las salsas en las parrillas de Telecinco y Cuatro
convierte su máxima en una contradicción ya que anula esa supuesta diversidad en
parrilla.
El grupo de la carretera de Fuencarral, que en sus eficaces técnicas
de marketing juega asiduamente a la pompa sin fondo y al artificio efímero de
mercadillo ahora plantea como una revolución en técnicas de programación lo que
denomina “televisión transversal”, que no es ni más ni menos que interrumpir la
emisión de un programa en directo para continuar esa misma emisión en otro.
En el caso de Mediaset, esta práctica se aplica arrancando la
emisión de Supervivientes: Tierra de nadie en Telecinco, para cubrir su acceso al prime time, y después saltar al prime time de Cuatro.
Paso de Telecinco a Cuatro durante Supervivientes.
Promo televisión transversal.
Pero esta “innovadora” fórmula no deja de ser lo que ha vivido cualquiera
que haya visto a Induráin, Romminger y Chiappuchi subir el Tourmalet, siguiendo
el inicio en La2 y el final de etapa del
Tour de Francia en La1 con la inolvidable locución de Pedro González. Esta suerte de “televisión transversal” es una práctica
de programación que TVE ha usado desde hace más de 30 años para desviar
directos de larga duración de una cadena a otra. La cadena pública ha aplicado
esta estrategia buscando descongestionar la programación de la primera cadena,
una fórmula ligada especialmente a competiciones deportivas como ciclismo o
tenis.
Cambio de canal durante el Tour, TVE 1993.
La televisión transversal, nada nuevo bajo el sol.
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